Eloy Pardo / blogs.larepublica.es
No, no hablo de Venezuela (también hay una Barcelona allí). Y no, no hablo de esas oposiciones tan celebradas en Occidente, sino de otras, verdaderamente apartadas y machacadas. Hablo de quienes luchan por defender el sistema universitario público para siempre en Europa y quienes reclaman un mayor protagonismo de los estudiantes en los claustros de las universidades del Continente, en dónde a penas tienen voz ni voto.
Pasaba esta mañana por la Plaza Universidad de Barcelona para ir a resolver un asunto con Hacienda. Y por casualidad me he encontrado con una movilización de los estudiantes de la Universidad de Barcelona contrarios al proceso privatizador de Bolonia.
Aunque la protesta ya me cae algo lejana —me licencié de mi última carrera hace 5 años—, me he sumado a los jóvenes en lucha por un rato porque creo en la Educación Pública y Democrática para todo el mundo igual.
Sin embargo, estas mis creencias provocan la ira de los que deciden sin consultar con los estudiantes: la consejería de Universidades. Ésta ha sido hoy cómplice de un suceso que no vi nunca en mis años de universitario: la policía de Catalunya —Mossos d’Esquadra— cargando como lo hacían los grises en tiempos de Franco, es decir, pegando porrazos (incluso a periodistas) y obligando a la juventud a retroceder alejandola de la puerta de la Universidad. Sólo les ha faltado disparar. Ha habido detenidos, gente anulada en su dignidad. Violación de derechos humanos, se mire por dónde se mire.
Todo eso en medio de la Gran Via de Barcelona, en una soledada mañana, a la vista de todo el mundo.
Al ver a los jóvenes correr, dos compañeros del Joves Comunistes del PSUC Viu (entre ellos su secretario general, Jorge Torres) han coincidido que en estas situaciones lo mejor es aguantar la posición; que correr despavoridos solo hace que animar al perseguidor. No ha sido posible: todos los estudiantes huían del miedo causado por 4 o 5 tanques policiales y una veitena de policías armados y con ganas de pegar.
Señalar que IU y EUiA están en contra de Bolonia.
Señalar que ERC sí está a favor del proceso de Bolonia por lo que es este partido no debería recibir nunca más votos de la juventud universitaria más de izquierdas: por sus acciones y opiniones se les va conociendo poco a poco. Ecos de justificación de tal violencia han salido de ERC.
Señalar, también, el pequeño gran "patíbulo" de la izquierda deudora del espacio comunista del PSUC: la titularidad de la Consejería de Interior, en manos de Joan Saura, tiene la responsabilidad final sobre estos señores con porras y cascos. Urge un desmarque y una bronca interna, porque la policía tiene que tener frenos democráticos.
La coalición ICV-EUiA podría contemplar incluso salir del Gobierno catalán y pasar a ser OPOSICIÓN, puesto que ya son varios los goles soportados: Ley de Educación, Plan Bolonia, crisis industrial y laboral, agujero en la banca, medio millón de parados, vivienda carísima…más vale pensar en crecer electoralmente a futuro, que no ir en un barco a la deriva.
Informar, finalmente, que el trabajo efectuado por ICV dentro de los Mossos ya no puede ir más allá. Ha tenido éxitos (en las comisarías se han instalado cámaras de vigilancia, para evitar torturas); pero los frenos son demasiados: los sindicatos afines a los partidos mayoritarios controlan ese cuerpo y el stablishment catalán, con el diario La Vanguardia como principal vocero, animan las intervenciones policiales violentas. En este caso, contra unos estudiantes tildados de "vagos" y otras lindezas lanzadas por los reaccionarios del IV Reich.
No, no hablo de Venezuela (también hay una Barcelona allí). Y no, no hablo de esas oposiciones tan celebradas en Occidente, sino de otras, verdaderamente apartadas y machacadas. Hablo de quienes luchan por defender el sistema universitario público para siempre en Europa y quienes reclaman un mayor protagonismo de los estudiantes en los claustros de las universidades del Continente, en dónde a penas tienen voz ni voto.
Pasaba esta mañana por la Plaza Universidad de Barcelona para ir a resolver un asunto con Hacienda. Y por casualidad me he encontrado con una movilización de los estudiantes de la Universidad de Barcelona contrarios al proceso privatizador de Bolonia.
Aunque la protesta ya me cae algo lejana —me licencié de mi última carrera hace 5 años—, me he sumado a los jóvenes en lucha por un rato porque creo en la Educación Pública y Democrática para todo el mundo igual.
Sin embargo, estas mis creencias provocan la ira de los que deciden sin consultar con los estudiantes: la consejería de Universidades. Ésta ha sido hoy cómplice de un suceso que no vi nunca en mis años de universitario: la policía de Catalunya —Mossos d’Esquadra— cargando como lo hacían los grises en tiempos de Franco, es decir, pegando porrazos (incluso a periodistas) y obligando a la juventud a retroceder alejandola de la puerta de la Universidad. Sólo les ha faltado disparar. Ha habido detenidos, gente anulada en su dignidad. Violación de derechos humanos, se mire por dónde se mire.
Todo eso en medio de la Gran Via de Barcelona, en una soledada mañana, a la vista de todo el mundo.
Al ver a los jóvenes correr, dos compañeros del Joves Comunistes del PSUC Viu (entre ellos su secretario general, Jorge Torres) han coincidido que en estas situaciones lo mejor es aguantar la posición; que correr despavoridos solo hace que animar al perseguidor. No ha sido posible: todos los estudiantes huían del miedo causado por 4 o 5 tanques policiales y una veitena de policías armados y con ganas de pegar.
Señalar que IU y EUiA están en contra de Bolonia.
Señalar que ERC sí está a favor del proceso de Bolonia por lo que es este partido no debería recibir nunca más votos de la juventud universitaria más de izquierdas: por sus acciones y opiniones se les va conociendo poco a poco. Ecos de justificación de tal violencia han salido de ERC.
Señalar, también, el pequeño gran "patíbulo" de la izquierda deudora del espacio comunista del PSUC: la titularidad de la Consejería de Interior, en manos de Joan Saura, tiene la responsabilidad final sobre estos señores con porras y cascos. Urge un desmarque y una bronca interna, porque la policía tiene que tener frenos democráticos.
La coalición ICV-EUiA podría contemplar incluso salir del Gobierno catalán y pasar a ser OPOSICIÓN, puesto que ya son varios los goles soportados: Ley de Educación, Plan Bolonia, crisis industrial y laboral, agujero en la banca, medio millón de parados, vivienda carísima…más vale pensar en crecer electoralmente a futuro, que no ir en un barco a la deriva.
Informar, finalmente, que el trabajo efectuado por ICV dentro de los Mossos ya no puede ir más allá. Ha tenido éxitos (en las comisarías se han instalado cámaras de vigilancia, para evitar torturas); pero los frenos son demasiados: los sindicatos afines a los partidos mayoritarios controlan ese cuerpo y el stablishment catalán, con el diario La Vanguardia como principal vocero, animan las intervenciones policiales violentas. En este caso, contra unos estudiantes tildados de "vagos" y otras lindezas lanzadas por los reaccionarios del IV Reich.
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