El día 8 de febrero de 1937 entraban en la ciudad de Málaga las tropas franquistas que mandaba el coronel Borbón. Entraron por el barrio obrero de Huelin, sin apenas resistencia, tan sólo unos ochenta jóvenes que fueron pagaron con sus vidas, este gesto desesperado y heroico, sus cuerpos amontonados yacían en una de las entradas a la Estación y un río de sangre corría por la carretera, era la carta de presentación de los recién llegados.
Asimismo tres columnas italianas se internaban en la ciudad por diferentes lugares, que solo encontraron otro núcleo de resistencia en el camino de Antequera, que igualmente fue aniquilado, y aún hoy no han sido rescatados sus restos que descansan en algún lugar de la barriada del Puerto de la Torre. También llegaron tropas de los buques franquistas que fondeaban en el puerto y que apenas unas horas antes bombardeaban Málaga. A las 5 de la tarde las tropas de ocupación fascista desfilaban “triunfales”sobre las calles de Málaga La Roja pisoteando las libertades republicanas.
Habían acabado los sietes meses de criminal acoso, de bombardeos indiscriminados que causaron al menos 224 víctimas, de penurias, escasez, enfermedad y dolor de los malagueños y malagueñas, así como de la enorme marea humana de refugiados que llegaron huyendo del horror fascista, de los diferentes pueblos de la provincia y de otras ciudades andaluzas (Sevilla, Córdoba, Cádiz y Granada) ya tomadas por los rebeldes. Una ciudad de unos 200.000 habitantes se integraron cerca de 90.000 refugiados, que las autoridades republicanas intentaron atender sin apenas medios. Destacando la labor de la comunista Lina Molina, dirigente del PCE y de las JSU, que desde la presidencia del Comité de Alojamiento intentaba, junto a sus compañeros de comité, alojar y dar cobertura pública a los que llegaban sin apenas un resuello de vida, alojándolos en las iglesias, hoteles, conventos y hasta la Catedral.
Apenas unas horas antes de la caída de Málaga, y dada la orden de retirada de las fuerzas milicianas, mal equipadas y peor armadas, de los diferentes frentes malagueños, la gran mayoría de la población malagueña y las decenas de miles de refugiados, decidían huir por el único camino posible, la Carretera de Almería.
Nunca pudieron imaginar el terrible calvario que les tocaría vivir, los bombardeos de la aviación y la flota fascista, mientras eran perseguidos por las fuerzas motorizadas italianas, dejando un reguero de cadáveres destrozados a lo largo del tortuoso camino a Almería. Se calcula entre 3000 y 5000, al menos, las víctimas de este trágico hecho.
En la llamada “Carretera de la Muerte”, quizás uno de los episodios más terroríficos de la guerra, al que podemos calificar, sin exageración, como un genocídio destacó en su humanitaria acción, el doctor Norman Bethune, de origen canadiense y de militante comunista, que con su ambulancia para transfusiones de sangre trasladaba sin descanso mujeres, niños y ancianos enfermos hasta lugar seguro. Igualmente destacaron en esta labor humanitaria los enviados del Socorro Rojo Internacional Matilde Landa y la artista Tina Modotti que en Almería se encargaron del transporte y acogida de los evacuados, abasteciéndoles de alimentos, ropas, medicamentos, etc.
Después llegaría la brutal represión, que llevaría a miles de republicanos, socialistas, libertarios y comunistas a las cárceles y a ser ejecutados en las tapias de los cementerios de toda la provincia. En la capital se calculan en más de 4000 los hombres y mujeres que fueron asesinadas y enterradas en fosas en el cementerio San Rafael, el tristemente célebre “Batatá”, donde gracias a las labores de exhumación que impulsa la Asociación el Silencio y el Olvido para la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga ya se han rescatado más de 2300 restos. Asimismo señalar que serían entre 7000 y 10.000 los republicanos asesinados en total en Málaga, si contabilizamos los ejecutados en los diferentes pueblos y que yacen en numerosas fosas que pululan por las diferentes localidades malagueñas, de las que tan solo se han recuperado los restos de once víctimas en Villanueva del Rosario a iniciativa del Foro por la Memoria.
Este genocidio republicano tiene responsables, además de los militares rebeldes y falangistas. Fueron los históricos sectores conservadores, burgueses, propietarios, terratenientes, etc. Las grandes “familias” de Málaga, “los de siempre”, católicos piadosos y de misa diaria que hacían del exterminio y del crimen un acto de ofrenda a su Dios inmisericorde. A esta “justicia divina” empapada de sangre se elevaba con regocijo la mayoría del clero y obispos, entre ellos el de Málaga, don Balbino, que no solo silenció el horror y los actos criminales del fascismo, sino que justificaba la implacable tarea como un acto “divino” a favor de la fe y la religión.
Para muchos de los militantes del PCE, al igual que a otros sectores republicanos, fue la cárcel, la tortura, el exilio o la muerte lo que les conllevó la “derrota”. En Málaga fueron fusilados, entre otros muchos: El médico y diputado Cayetano Bolívar Escribano(4-7-39); El Secretario Político del Comité provincial y gestor de la Diputación Rodrigo Lara Vallejo; el Secretario Local de la UGT y concejal José Gallardo Moreno (1-7-41) ; Francisco Cruz Sánchez alcalde de Ronda (13-4-40); Francisco Romero Añón alcalde de Marbella; Julio Ramos Corral de Lagos (Vélez-Málaga,12-12-39) o el periodista y dirigente provincial José Ochoa Alcázar. Otros fueron a parar a campos de concentración, batallones de trabajo y a las cárceles. El resto intentó combatir el facismo desde la clandestinidad, exponiendo diariamente sus vidas y las de sus familiares, pero el Partido nunca dejó de estar presente en la vida de nuestro país.
El Partido Comunista de Andalucía en el marco de este 72 Aniversario de la caída de Málaga y del Éxodo de la Carretera a Almería manifiesta su más absoluta condena de aquel criminal genocidio cometido sobre el pueblo de Málaga, siendo nuestra obligación, ética y moral, el restituir la dignidad, el honor y el buen nombre de todos y todas los asesinados y asesinadas, que intentaron mancillar y borrar de la memoria colectiva de nuestra España.
Es por ello que consideramos muy insuficiente lo avanzado hasta ahora y que la llamada “Ley de Memoria Histórica” apenas ofrece una mísera respuesta a los objetivos antes enunciados para la recuperación de la memoria democrática de nuestro país, siendo injustificable la no abolición de todos y cada unos de los juicios sumarísimos efectuados por el régimen de Franco con el fin de exterminar a la República y a quienes la sostuvieron.
Este año queremos recordar especialmente a los 112 milicianos y soldados que cayeron en los diferentes frentes en la llamada batalla de Málaga y en la retirada, de los que conocemos sus nombres. Entre ellos 17 sabemos que eran militantes de nuestro Partido, 5 de las JSU. De estos camaradas decir que el PCE, su Partido, se siente y se sentirá siempre orgulloso de su lucha heroica y generosa, y a los que rendimos desde estás páginas nuestra más sincera gratitud por su lucha.
Los nombres de estos militantes comunistas son:
José Aguilar Barba, nacido en Setenil de las Bodegas (Cádiz) en 1903, era viajante y trabajaba en Córdoba, estaba afiliado a la UGT, alistándose en las milicias después del golpe fascista y formaba parte del Regimiento “Vitoria” nº8, muriendo en Antequera el día 7 de febrero.
José García Villalobos, natural de Fuengirola y nacido en 1913, era labrador y estaba afiliado a la UGT, pertenecía ala Unidad Motorizada y murió en El Burgo el día 4 de febrero.
Rafael Moreno Pino, nacido en Bélmez (Córdoba) en 1912, albañil de profesión trabajaba en La Azucarera y era cabo del Batallón “Metralla”, murió en el Camino del colmenar el día 7 de febrero.
José Núñez España , nacido en Vélez Málaga en 1901, era obrero y estaba afiliado a la UGT, pertenecía al Batallón “México” y falleció en el Valle de Abdalajís el día 8 de febrero.
Juan Rodríguez Delgado, nacido en Málaga en 1915, militante de la UGT, trabajaba de panadero y perteneció al Batallón México, murió en Vélez Málaga el 6 de febrero.
Marino Escobedo Torcuato, natural de Salobreña (Granada) nace en 1915, era ayudante metalúrgico y estaba afiliado a las JSU. Pertenecía al Regimiento de Infantería nº1 y fallece en Málaga el día 7 de febrero.
Manuel Galvez Guerrero, nacido en Badolatosa (Sevilla) en 1914. Era campesino y estaba en la Milicias de Málaga, perteneciendo a las JSU, y falleció en la retirada el día 7 de febrero.
José García Herrera, natural de Málaga, nace en 1890. Era pescador y estaba en el Batallón de Milicias “Metralla”. Fallece en Málaga el día 8 de febrero.
Antonio Merino Olivencia , nace en Málaga en 1919, era cocinero del Hotel Miramar. Afiliado a las JSU y a la UGT, enrolado en el Batallón Rusia. Muere en Málaga el día 8 de febrero.
Antonio Molina Sánchez , nace en Huescar (Granada) en 1912, era labrador y pertenecía al regimiento de Infanteria nº8. Muere el día 8 de febrero.
Vicente Moya Ancas, natural de Otivar (Granada) era arriero y militante de las JSU, pertenecía al Batallón México y muere el día 9 de febrero.
Bartolomé Bazas Loti, nacido en Córdoba en 1917, miembro además del PCE a la CNT. Fué panadero en Alcalá de Guadaira y seguramente como refugiado en Málaga se alistó en el Batallón Rusia, falleciendo en Monda el 8 de febrero.
Antonio Rivero Lineros, natural de Badolatosa (Sevilla), nace en 1917. Era jornalero y estaba afiliado a las JSU y a la UGT. Pertenecía al Batallón Avance nº8 y muere en Málaga el día 8 de febrero.
José Rodríguez Martinez, natural de Otivar (Granada) nace en 1918. Era campesino. Pertenecía al Batallón México y muere en Málaga el día 8 de febrero.
Francisco Román Gutiérrez, nacido en Benamargosa en 1894, campesino en la Viñuela y afiliado a la UGT. Pertenecía al Batallón México y muere en Ojén el día 8 de febrero.
Vicente Sola Avellaneda, natural de Málaga, era industrial (propietario), realizaba servicios en la Comandancia de Milicias y fallece en Marbella el día 2 de febrero.
Manuel Ruiz Recio, natural de Algarinejo (Granada), nace en 1917. Era jornalero del campo y estaba afiliado a la UGT. Fallece en la retirada de Málaga el día 8 de febrero.
Recordar a los malagueños asesinados y a los exterminados en los campos nazis y recuperar la memoria histórica de nuestro pueblo como base de la ciudadanía democrática y la rehabilitación moral y jurídica de las víctimas es el deber y el compromiso del Partido Comunista de Andalucía.
Málaga a 6 de febrero del 2009
Secretaría de Memoria Histórica del Comité Provincial del PCA de Málaga
PARTIDO COMUNISTA DE ANDALUCÍA
Asimismo tres columnas italianas se internaban en la ciudad por diferentes lugares, que solo encontraron otro núcleo de resistencia en el camino de Antequera, que igualmente fue aniquilado, y aún hoy no han sido rescatados sus restos que descansan en algún lugar de la barriada del Puerto de la Torre. También llegaron tropas de los buques franquistas que fondeaban en el puerto y que apenas unas horas antes bombardeaban Málaga. A las 5 de la tarde las tropas de ocupación fascista desfilaban “triunfales”sobre las calles de Málaga La Roja pisoteando las libertades republicanas.
Habían acabado los sietes meses de criminal acoso, de bombardeos indiscriminados que causaron al menos 224 víctimas, de penurias, escasez, enfermedad y dolor de los malagueños y malagueñas, así como de la enorme marea humana de refugiados que llegaron huyendo del horror fascista, de los diferentes pueblos de la provincia y de otras ciudades andaluzas (Sevilla, Córdoba, Cádiz y Granada) ya tomadas por los rebeldes. Una ciudad de unos 200.000 habitantes se integraron cerca de 90.000 refugiados, que las autoridades republicanas intentaron atender sin apenas medios. Destacando la labor de la comunista Lina Molina, dirigente del PCE y de las JSU, que desde la presidencia del Comité de Alojamiento intentaba, junto a sus compañeros de comité, alojar y dar cobertura pública a los que llegaban sin apenas un resuello de vida, alojándolos en las iglesias, hoteles, conventos y hasta la Catedral.
Apenas unas horas antes de la caída de Málaga, y dada la orden de retirada de las fuerzas milicianas, mal equipadas y peor armadas, de los diferentes frentes malagueños, la gran mayoría de la población malagueña y las decenas de miles de refugiados, decidían huir por el único camino posible, la Carretera de Almería.
Nunca pudieron imaginar el terrible calvario que les tocaría vivir, los bombardeos de la aviación y la flota fascista, mientras eran perseguidos por las fuerzas motorizadas italianas, dejando un reguero de cadáveres destrozados a lo largo del tortuoso camino a Almería. Se calcula entre 3000 y 5000, al menos, las víctimas de este trágico hecho.
En la llamada “Carretera de la Muerte”, quizás uno de los episodios más terroríficos de la guerra, al que podemos calificar, sin exageración, como un genocídio destacó en su humanitaria acción, el doctor Norman Bethune, de origen canadiense y de militante comunista, que con su ambulancia para transfusiones de sangre trasladaba sin descanso mujeres, niños y ancianos enfermos hasta lugar seguro. Igualmente destacaron en esta labor humanitaria los enviados del Socorro Rojo Internacional Matilde Landa y la artista Tina Modotti que en Almería se encargaron del transporte y acogida de los evacuados, abasteciéndoles de alimentos, ropas, medicamentos, etc.
Después llegaría la brutal represión, que llevaría a miles de republicanos, socialistas, libertarios y comunistas a las cárceles y a ser ejecutados en las tapias de los cementerios de toda la provincia. En la capital se calculan en más de 4000 los hombres y mujeres que fueron asesinadas y enterradas en fosas en el cementerio San Rafael, el tristemente célebre “Batatá”, donde gracias a las labores de exhumación que impulsa la Asociación el Silencio y el Olvido para la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga ya se han rescatado más de 2300 restos. Asimismo señalar que serían entre 7000 y 10.000 los republicanos asesinados en total en Málaga, si contabilizamos los ejecutados en los diferentes pueblos y que yacen en numerosas fosas que pululan por las diferentes localidades malagueñas, de las que tan solo se han recuperado los restos de once víctimas en Villanueva del Rosario a iniciativa del Foro por la Memoria.
Este genocidio republicano tiene responsables, además de los militares rebeldes y falangistas. Fueron los históricos sectores conservadores, burgueses, propietarios, terratenientes, etc. Las grandes “familias” de Málaga, “los de siempre”, católicos piadosos y de misa diaria que hacían del exterminio y del crimen un acto de ofrenda a su Dios inmisericorde. A esta “justicia divina” empapada de sangre se elevaba con regocijo la mayoría del clero y obispos, entre ellos el de Málaga, don Balbino, que no solo silenció el horror y los actos criminales del fascismo, sino que justificaba la implacable tarea como un acto “divino” a favor de la fe y la religión.
Para muchos de los militantes del PCE, al igual que a otros sectores republicanos, fue la cárcel, la tortura, el exilio o la muerte lo que les conllevó la “derrota”. En Málaga fueron fusilados, entre otros muchos: El médico y diputado Cayetano Bolívar Escribano(4-7-39); El Secretario Político del Comité provincial y gestor de la Diputación Rodrigo Lara Vallejo; el Secretario Local de la UGT y concejal José Gallardo Moreno (1-7-41) ; Francisco Cruz Sánchez alcalde de Ronda (13-4-40); Francisco Romero Añón alcalde de Marbella; Julio Ramos Corral de Lagos (Vélez-Málaga,12-12-39) o el periodista y dirigente provincial José Ochoa Alcázar. Otros fueron a parar a campos de concentración, batallones de trabajo y a las cárceles. El resto intentó combatir el facismo desde la clandestinidad, exponiendo diariamente sus vidas y las de sus familiares, pero el Partido nunca dejó de estar presente en la vida de nuestro país.
El Partido Comunista de Andalucía en el marco de este 72 Aniversario de la caída de Málaga y del Éxodo de la Carretera a Almería manifiesta su más absoluta condena de aquel criminal genocidio cometido sobre el pueblo de Málaga, siendo nuestra obligación, ética y moral, el restituir la dignidad, el honor y el buen nombre de todos y todas los asesinados y asesinadas, que intentaron mancillar y borrar de la memoria colectiva de nuestra España.
Es por ello que consideramos muy insuficiente lo avanzado hasta ahora y que la llamada “Ley de Memoria Histórica” apenas ofrece una mísera respuesta a los objetivos antes enunciados para la recuperación de la memoria democrática de nuestro país, siendo injustificable la no abolición de todos y cada unos de los juicios sumarísimos efectuados por el régimen de Franco con el fin de exterminar a la República y a quienes la sostuvieron.
Este año queremos recordar especialmente a los 112 milicianos y soldados que cayeron en los diferentes frentes en la llamada batalla de Málaga y en la retirada, de los que conocemos sus nombres. Entre ellos 17 sabemos que eran militantes de nuestro Partido, 5 de las JSU. De estos camaradas decir que el PCE, su Partido, se siente y se sentirá siempre orgulloso de su lucha heroica y generosa, y a los que rendimos desde estás páginas nuestra más sincera gratitud por su lucha.
Los nombres de estos militantes comunistas son:
José Aguilar Barba, nacido en Setenil de las Bodegas (Cádiz) en 1903, era viajante y trabajaba en Córdoba, estaba afiliado a la UGT, alistándose en las milicias después del golpe fascista y formaba parte del Regimiento “Vitoria” nº8, muriendo en Antequera el día 7 de febrero.
José García Villalobos, natural de Fuengirola y nacido en 1913, era labrador y estaba afiliado a la UGT, pertenecía ala Unidad Motorizada y murió en El Burgo el día 4 de febrero.
Rafael Moreno Pino, nacido en Bélmez (Córdoba) en 1912, albañil de profesión trabajaba en La Azucarera y era cabo del Batallón “Metralla”, murió en el Camino del colmenar el día 7 de febrero.
José Núñez España , nacido en Vélez Málaga en 1901, era obrero y estaba afiliado a la UGT, pertenecía al Batallón “México” y falleció en el Valle de Abdalajís el día 8 de febrero.
Juan Rodríguez Delgado, nacido en Málaga en 1915, militante de la UGT, trabajaba de panadero y perteneció al Batallón México, murió en Vélez Málaga el 6 de febrero.
Marino Escobedo Torcuato, natural de Salobreña (Granada) nace en 1915, era ayudante metalúrgico y estaba afiliado a las JSU. Pertenecía al Regimiento de Infantería nº1 y fallece en Málaga el día 7 de febrero.
Manuel Galvez Guerrero, nacido en Badolatosa (Sevilla) en 1914. Era campesino y estaba en la Milicias de Málaga, perteneciendo a las JSU, y falleció en la retirada el día 7 de febrero.
José García Herrera, natural de Málaga, nace en 1890. Era pescador y estaba en el Batallón de Milicias “Metralla”. Fallece en Málaga el día 8 de febrero.
Antonio Merino Olivencia , nace en Málaga en 1919, era cocinero del Hotel Miramar. Afiliado a las JSU y a la UGT, enrolado en el Batallón Rusia. Muere en Málaga el día 8 de febrero.
Antonio Molina Sánchez , nace en Huescar (Granada) en 1912, era labrador y pertenecía al regimiento de Infanteria nº8. Muere el día 8 de febrero.
Vicente Moya Ancas, natural de Otivar (Granada) era arriero y militante de las JSU, pertenecía al Batallón México y muere el día 9 de febrero.
Bartolomé Bazas Loti, nacido en Córdoba en 1917, miembro además del PCE a la CNT. Fué panadero en Alcalá de Guadaira y seguramente como refugiado en Málaga se alistó en el Batallón Rusia, falleciendo en Monda el 8 de febrero.
Antonio Rivero Lineros, natural de Badolatosa (Sevilla), nace en 1917. Era jornalero y estaba afiliado a las JSU y a la UGT. Pertenecía al Batallón Avance nº8 y muere en Málaga el día 8 de febrero.
José Rodríguez Martinez, natural de Otivar (Granada) nace en 1918. Era campesino. Pertenecía al Batallón México y muere en Málaga el día 8 de febrero.
Francisco Román Gutiérrez, nacido en Benamargosa en 1894, campesino en la Viñuela y afiliado a la UGT. Pertenecía al Batallón México y muere en Ojén el día 8 de febrero.
Vicente Sola Avellaneda, natural de Málaga, era industrial (propietario), realizaba servicios en la Comandancia de Milicias y fallece en Marbella el día 2 de febrero.
Manuel Ruiz Recio, natural de Algarinejo (Granada), nace en 1917. Era jornalero del campo y estaba afiliado a la UGT. Fallece en la retirada de Málaga el día 8 de febrero.
Recordar a los malagueños asesinados y a los exterminados en los campos nazis y recuperar la memoria histórica de nuestro pueblo como base de la ciudadanía democrática y la rehabilitación moral y jurídica de las víctimas es el deber y el compromiso del Partido Comunista de Andalucía.
Málaga a 6 de febrero del 2009
Secretaría de Memoria Histórica del Comité Provincial del PCA de Málaga
PARTIDO COMUNISTA DE ANDALUCÍA
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