miércoles, 19 de noviembre de 2008

"Esto lo cambia todo, ganan los duros del PCE, diselo a Felipe"

La liquidación del Partido Comunista de España ha estado, desde hace años, entre las tareas pendientes de las cúpulas dirigentes del PSOE, ayudadas por sus órganos de propaganda, que año tras año, mentira tras mentira, y burda manipulación tras burda manipulación, intentaban mermar la moral y las fuerzas comunistas de nuestro país.
Miserable fue la oposición de Felipe González en su momento a la legalización del PCE. Miserable fue la burda mentira de la pinza. Miserable la compra sistemática de políticos durante décadas, y miserable ha sido la campaña anticomunista intensificada en los últimos tiempos por los medios de comunicación bajo control del PSOE.
La miseria moral de EL PAÍS y del Grupo PRISA ya la hemos ido conociendo durante tres décadas y ya carece de capacidad de sorpresa. Una capacidad que ahora ha pasado a manos de otros medios, como PÚBLICO, el periódico fundado para Zapatero. Como ejemplo sirvan las crónicas de su periodista Juanma Romero. Unas crónicas donde no caben más mentiras en tan poco espacio, y es que bien harían sus superiores en trasladar al chaval a la sección de humor, que lo mandaran de vuelta a la Facultad, o que lo inscribieran en algún curso de ética periodística.
Pero a lo peor no son cosas del chaval, del que no se puede esperar mucho más si la información la saca de los corrillos con Rosa Aguilar o Noemí Martín, adalides junto a Llamazares del liquidacionismo del Partido Comunista de España, y con quienes estuvo compadreando durante la IX Asamblea de IU. Digo que a lo peor no son cosas del chaval, sino de quien mensualmente le ingresa la nómina, que ya puestos espero por su bien que no sea baja, porque ya que uno deja escapar la ética por la alcantarilla, que menos que sea a cambio de unos bolsillos llenos.
Romero no está solo, le acompaña en PÚBLICO un tal José Luis de Zárraga, un sociólogo asturiano que no es ni más ni menos que el analista demoscópico de mayor confianza del presidente del Gobierno, que, ¿cómo no?, sirve también a Mediapro, para quien "lo que queda del PCE está logrando llevar a la clandestinidad extraparlamentaria a Izquierda Unida". Y es que la campaña mediática anticomunista consiste en hacer responsable de los últimos batacazos electorales de IU al PCE. Paradójicamente a la organización que sistemáticamente ha visto como cientos de sus militantes eran expulsados por las cúpulas "llamazaristas", y que ha sido marginada de la dirección de la coalición a pesar de ser la fuerza con más peso dentro de la misma.
En la IX Asamblea de IU se pretendía dar la puntilla definitiva al Partido Comunista de España, y poner a la coalición en manos de una "Nueva Nueva Izquierda", pero la cosa no ha salido como el PSOE pensaba o como sus medios afines intentaban provocar, ni tampoco como al "llamazarismo" le habría gustado. Sus caras largas lo decían todo.
La candidatura del PCE, abierta a otras sensibilidades y encabezada por Cayo Lara, se alzó con el 44% de los votos de los delegados, convirtiéndose en la lista más votada, mientras ninguna de las otras alcanzaba el 30%. Ni siquiera "llamazaristas" y "Tercera Vía" alcanzarían juntos el 50% del voto de los delegados, por lo que sus planes de poner al balear Eberhard Grosske, se venían abajo. Además, no estaba claro que todos los delegados de la "Tercera Vía" votaran en bloque a Grosske, cuya elección habría sido un disparo al corazón de IU y habría supuesto el acta de defunción política de la coalición.
Tras la clausura de la Asamblea me acerqué a Cayo Lara, y pude observar como aún con lágrimas en los ojos recibía abrazos y ánimos de numerosos delegados. Algunos se le acercaban emocionados para decirle: "no te he votado, pero desde hoy, eres mi candidato". Lara se había ganado a la mayoría de los delegados, incluso a muchos que no habían votado por él. Lo había hecho con su discurso humilde y directo al corazón de los presentes.
Lo explicaba esa misma noche Juan de Dios Villanueva, Secretario Político del PCA de Sevilla, en un artículo publicado en LA REPÚBLICA: "en Vietnam tenían que elegir a un Secretario General y nombraron a un campesino (Ho Chi Min), en IU hemos propuesto como coordinador a un campesino castellano, trabajador, honrado y que no entiende de dobleces ni de faltar a su propia palabra. Ya no será posible a los profesionales de la maniobra y el sabotaje dar la vuelta en el próximo Consejo federal al clamor expresado por los delegados y delegadas ´Cayo coordinador…´. Ese clamor empieza a extenderse desde ya por la militancia de la izquierda consecuente de toda España. No van a poder con nosotros y vamos a salir adelante. Y, por último, se ha demostrado que no es posible ningún proyecto unitario de la izquierda del conjunto de los pueblos que conforman esto que denominamos España sin el PCE y menos contra el PCE".
Sin embargo, y a pesar de la victoria de Cayo Lara en una Asamblea que finalizó coreando su nombre, los "llamazaristas" no van a tirar la toalla, y volverán a utilizar los órganos de propaganda del PSOE para sus fines, podemos estar seguros, y es que no hay que ser muy avispado para entender a quien hubiera beneficiado una hipotética victoria de esta corriente frente a la opción republicana y anticapitalista. Recordemos a una Rosa Aguilar que pocos días antes pedía lealtad a la Monarquía y menospreciaba a quienes pedían la ruptura del pacto constitucional.
Todo estaba preparado para la entrega definitiva de IU al PSOE. Para la ocasión allí estaba incluso como invitado Enrique Curiel, quien una vez fue vicesecretario general del Partido Comunista de España en tiempos de Gerardo Iglesias, pero que abandonó el 17 de noviembre de 1988 por discrepancias con "la línea radical adoptada por el equipo de dirección del Partido", que encabezaba Julio Anguita.
¿Donde fue Curiel? Pues como Roma no paga traidores, pero Ferraz sí, entre 1991 y 1993 fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid, elegido en las listas del PSOE. Entre 1993 y 1996 fue diputado en el Congreso, elegido en las listas del PSOE por Pontevedra, y en el año 2004 fue elegido para el Senado en las listas del PSOE, también por la circunscripción de Pontevedra, siendo secretario del Grupo parlamentario socialista en el Senado.
Pues bien, ahí estaba Enrique Curiel, en segunda fila, jaleando las intervenciones del "llamazarismo", que vio como los planes se iban truncando a lo largo de la última jornada. Cuando se conoció la victoria de la lista del PCE cogió su teléfono móvil e informó a sus compañeros: "Esto lo cambia todo, están ganando los duros del PCE. Díselo a Felipe".

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